martes, 3 de febrero de 2015

¿Sabías que hay planetas más allá del sistema solar?


Hoy os vengo a hablar de un tema que me parece fascinante y que ha revolucionado sin duda la visión que tenemos del lugar que ocupamos en el universo. Durante mucho tiempo hemos creído que el ser humano era el centro del universo. Qué equivocados estábamos y qué ilusos por nuestra parte. Menos mal que una hornada de científicos brillantes nos abrieron los ojos y tuvimos que aceptar la realidad.

Después, fuimos descubriendo la inmensidad que nos rodeaba, y una vez más aprendimos una gran lección de humildad: nuestra estrella, el Sol, es una más de las miles de millones que se encuentran agrupadas en lo que denominamos como galaxia, siendo la nuestra, la Vía Láctea, una más de las miles de millones que hay en el universo.

Las cifras verdaderamente marean, pero afortunadamente con el gran auge que estamos viviendo de la divulgación científica por las redes sociales, existen una serie de herramientas capaces de acercarnos la grandiosidad del universo a nuestra casa.

Por ejemplo, podéis echar un vistazo a la ingente cantidad de estrellas que forman nuestra galaxia vecina Andrómeda en esta vista tan espectacular. Se trata de una imagen capturada por el telescopio espacial Hubble, al que le tenemos que agradecer también que nos haya revelado un universo repleto de maravillas para goce de nuestros sentidos.

Sin embargo, aquí no acaba nuestras lecciones de humildad, pues seguimos aprendiendo sobre cuál es nuestro lugar en el universo, un lugar para nada privilegiado a pesar de que unos cuantos iluminados nos hagan creer lo contrario afirmando ser los poseedores de la verdad absoluta, una visión muy arcaica y ruin de la vida.

Los primeros exoplanetas se detectaron hace tan solo 20 años


Didier Queloz (a la izquierda) y Michel Mayor (a la derecha), los primeros en descubrir un exoplaneta alrededor de una estrella en la secuencia principal.

En los años 90 del siglo pasado se detectaron los primeros planetas más allá de nuestro sistema solar, denominados exoplanetas. De nuevo, es curioso ver como la comunidad científica era reacia a creer en que se pudieran encontrar exoplanetas y, tiempo después, se confirmaron las primeras sospechas. De ser considerados unos ingenuos por tratar de descubrir el primer exoplaneta, pasaron a ser considerados como los pioneros de un campo que nació hace tan solo unos años.

Cuestiones como "¿hay más planetas parecidos a la Tierra en el universo?" o "¿puede haber vida extraterrestre inteligente?" las estamos empezando a plantear seriamente por primera vez en la historia de la humanidad. Ahora bien, me pregunto cuál será el siguiente descubrimiento que nos haga replantear nuevamente el lugar que ocupamos en el universo.

El primer exoplaneta que orbitaba alrededor de una estrella normal y corriente (en la secuencia principal en el argot científico) fue descubierto en 1995 por Michel Mayor y Didier Queloz, un hallazgo que se publicó en la prestigiosa revista científica Nature.

Aquí tenemos que hacer un inciso, y es que el primer exoplaneta se descubrió en 1992 por Aleksander Wolszczan; no obstante, este planeta daba vueltas alrededor de un cuerpo celeste realmente raro, un púlsar, que es una estrella de neutrones muy densa. El descubrimiento más impactante fue cuando observamos que hay otros planetas orbitando estrellas como nuestro Sol.

Desde este momento comenzamos a incrementar el número de exoplanetas de 0 a más de 1.800 según los datos más recientes. Como este número seguirá aumentando inexorablemente, estas cifras son solo provisionales.

¿Cómo detectamos los exoplanetas?


El cazador de exoplanetas, el telescopio espacial Kepler.

Lo primero de todo que hay que entender es que los exoplanetas se encuentran a distancias enormes. Las estrellas, hoy por hoy, son inalcanzables para nuestra primitiva tecnología. A no ser que en el futuro ideemos un nuevo método de transporte, seremos incapaces de visitar esos planetas. Tan solo nos podemos conformar con imaginarnos qué estará ocurriendo en esos mundos distantes.

Los exoplanetas están tan lejos que prácticamente es imposible detectarlos directamente, de ahí que tengamos que recurrir a métodos indirectos. De estos, destacan dos: la velocidad radial y el tránsito del planeta por delante de la estrella. No quiero pararme excesivamente en ellos porque esta entrada sería más densa y difícil de digerir, solo daré un par de pinceladas:

  1. Con la velocidad radial medimos el balanceo de la estrella producido por la presencia de un planeta que tira de la estrella por la fuerza de la gravedad. Es similar a lo que ocurre cuando giramos una cuerda con algún objeto atado a su extremo distal alrededor de nuestra muñeca, que representarían los movimientos del planeta y la estrella respectivamente. Cuanta más masa tenga el planeta, mayor será el balanceo de la estrella.
  2. Por otro lado, podemos detectar una disminución en el brillo de la estrella si un planeta pasa por delante de ella. Este acontecimiento se denomina tránsito, y es el método que utiliza la sonda espacial Kepler con el objetivo principal de detectar planetas como la Tierra en otras estrellas.


¿Qué sabemos hasta ahora de los exoplanetas?


Comparación de Kepler-186f con la Tierra, el primer planeta muy parecido a la Tierra. La representación de Kepler-186f es hipotética.

Las misiones como las del telescopio espacial Kepler han redefinido nuestra manera de ver el universo. Los resultados de Kepler nos ha dejado a todos con la boca abierta, y no es para menos si analizamos los datos que nos ha proporcionado desde que se lanzó en 2009.

Kepler nos ha enseñado que los exoplanetas son increíblemente comunes: al menos un planeta por cada estrella en el cielo. Asimismo, nos ha revelado que los pequeños planetas como la Tierra son de los más frecuentes.

Kepler-186f es el nombre del primer planeta con un tamaño muy aproximado al de la Tierra descubierto en la zona habitable de su estrella; es decir, un planeta muy parecido a la Tierra que no está ni demasiado lejos ni demasiado cerca de su estrella, por lo que podría albergar agua en estado líquido en su superficie. Este hallazgo se publicó el año pasado en Science y sacudió a la comunidad científica. ¿Qué habrá en ese mundo? ¿Habrá agua líquida que haya permitido que surja la vida? Por ahora, no hay forma de saberlo, pero con tan solo pensar en esa posibilidad no puedo evitar que un escalofrío me recorra el cuerpo.

Aparte de Kepler-186f, hay otros planetas que se han localizado en esa zona alrededor de la estrella que permitiría la existencia de agua en estado líquido y tal vez la vida, como las supertierras que, como bien indica su nombre, son planetas rocosos más grandes que la Tierra,

Sin embargo, también hemos detectado planetas extremadamente raros que nos han hecho cuestionarnos cómo se forman los sistemas planetarios. Hay planetas más grandes que Júpiter y a la par tan poco densos que flotarían en el agua, planetas achicharrados por la fuerte radiación X que emite su estrella, planetas dando vueltas alrededor de dos estrellas como si de una película de Star Wars se tratara, planetas gaseosos gigantescos que orbitan alrededor de su estrella más cerca que Mercurio del Sol, o todo un sistema planetario cuyas órbitas están más cerca que la de Mercurio.

Todos estos mundos se han encontrado en nuestro vecindario, aunque siguen estando muy lejos de nosotros. Únicamente hemos oteado una diminuta fracción del cielo. Podéis curiosear la lista de exoplanetas detectados hasta ahora en este enlace de la NASA, Eyes on Exoplanets, donde encontraréis un catálogo pormenorizado y muy interactivo, así como algunos de los detalles que he comentado en esta entrada.

Por si os lo estáis preguntando, a día de hoy todavía no se ha confirmado la presencia de ninguna luna fuera del sistema solar; no porque no existan, sino por la dificultad que entraña localizarlas. Si los exoplanetas ya son difíciles de localizar, imaginaos las exolunas. Eso sí, tenemos varios candidatos posibles que incluso podrían albergar vida.

Recordad que las lunas también pueden ser mundos con vida, incluso estando fuera de la zona de habitabilidad de la estrella. Esta lección la hemos aprendido en nuestro propio sistema solar, donde hay lunas que podrían tener vida como Europa, Titán, Encélado, Ganímedes y Calisto. El número de mundos potencialmente habitables se disparan si tenemos en cuenta este concepto. Por ello, considero prácticamente imposible que no haya vida extraterrestre.

En definitiva, cuando hemos echado un vistazo al panorama de planetas que hay más allá del sistema solar, nos hemos llevado una tremenda sorpresa. Cuando creíamos saber del todo bien cómo se forman los planetas, llegaron estos descubrimientos y nos dejaron totalmente desconcertados. Aún necesitamos más tiempo para asimilar estos datos.

No cabe la menor duda de que estos hallazgos han sido de los más revolucionarios de los últimos años. En concreto, la misión del telescopio espacial Kepler nos ha abierto las puertas a una gran cantidad de mundos a la espera de ser explorados con más detalle en las siguientes generaciones de telescopios. ¿Cuál será el próximo descubrimiento que haga tambalear las bases de nuestros conocimientos?

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