domingo, 22 de diciembre de 2013

La próxima vez que mires la Luna


La próxima vez que alces la mirada al cielo y tus ojos se crucen someramente con la Luna, detente un instante y piensa detenidamente lo siguiente: en ese distante lugar, a casi 400.000 kilómetros de distancia de nosotros, un vehículo de seis ruedas se encuentra circulando en estos momentos por su superficie, inspeccionando un mundo extraño bombardeado severamente por grandes asteroides en su infancia, lo cual nos revela un pasado verdaderamente caótico.

Mientras escribo estas líneas, este vehículo se encuentra realizando diversas tareas en la Luna, en una aventura espacial increíble. Es curioso recordar cómo aventuras de este tipo han sido soñadas por personajes ilustres de nuestra historia. Uno de esos personajes fue Johannes Kepler, que asentó las bases de la astronomía moderna alejando para siempre de sus dominios la astrología, una pseudociencia sin rigor científico alguno como ya bien se comentó brevemente en una entrada anterior.

Johannes Kepler, a principios del siglo XVII, se imaginó que algún día el ser humano viajaría hasta la Luna. Me pregunto qué pensaría si pudiera levantar la cabeza y ver que al fin lo hemos logrado, que sus profundos sueños se han convertido en realidad; pero, por otra parte, también me pregunto cuál sería su opinión al ver cómo la gente, en la actualidad, resta importancia a estas hazañas inconmensurables que serán recordadas para siempre, hazañas que incluso siguen siendo objeto de desprestigio por muchos al creer, sin argumentos lógicos, que todo es un engaño, que el ser humano jamás ha pisado la Luna.

En esta ocasión, no ha sido el pie del hombre el que ha pisado la Luna, sino un vehículo bordado con la bandera de China, pero que en definitiva ha sido fabricado por la humanidad, por unas manos que han dado forma a nuestra historia. Piénsalo de nuevo, un vehículo de 1'5 metros de altura y 140 kg de peso rodando por la superficie lunar en este preciso instante, en un lugar visible desde la Tierra. El nombre de la sonda espacial: Chang'e 3 (en alusión a la diosa china de la Luna); y su vehículo: el rover Yutu, que salió de las entrañas de aquél cuando aterrizó.

Imagínate esa escena cuando observes la Luna la próxima vez y nuestro enorme privilegio al ver cumplir los sueños que tanto desearon nuestros antepasados, momentos históricos que podemos seguir en primer plano y en directo gracias a Internet, sentados tranquilamente delante de nuestro ordenador. Sin duda, se quedarían atónitos ante este progreso tecnológico sin precedentes.

Cabe señalar que hace más de 37 años que un aparato fabricado por el hombre no aterrizaba en la Luna, un intervalo de tiempo para nada despreciable si tenemos en cuenta los grandes cambios que han acontecido durante estas décadas.

Recuerda, por tanto, todo esto la próxima vez que mires la Luna; recuerda que un vehículo que ha sido creado por manos humanas se encuentra merodeando por su superficie.

Chang'e 3 (a la izquierda) y el rover Yutu (a la derecha) en la superficie lunar.
Despliegue del rover Yutu tras el aterrizade de Chang'e 3.
Rover Yutu 'caminando' por la Luna.
Lanzamiento de Chang'e 3:


Alunizaje de Chang'e 3 y despliegue del rover Yutu:

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. La astronomía en general es muy poética. De hecho, si no se ve desde esa perspectiva es imposible que te guste.

      Gracias por leer la entrada y comentar =)

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