jueves, 20 de junio de 2013

España: una historia de acoso al conocimiento

La agresión que se está dando continuamente en España al conocimiento es indescriptible, donde la ciencia es la que peor parada sale. Solo hace falta ver cuáles son los "durísimos" requisitos que hay cumplir para ser presidente de España. Además, ése no es el único problema, hay otro mucho mayor y más arraigado en España: los que están ahí arriba dirigiendo al país son un claro reflejo de la sociedad, una sociedad que ignora la ciencia, que no quiere ir más allá de lo dictaminado por la gran mayoría. Y aquí está el principal problema: la mayoría de la gente viene de fábrica, con unos valores inculcados que a veces no son los correctos.

Uno hereda tanto lo bueno como lo malo. En esta ocasión ha tocado lo malo, malo como lo que se ha ido transmitiendo generación tras generación: la incultura científica, un rasgo distintivo de la sociedad española. La gente todavía no se ha percatado plenamente de que la ciencia es el futuro, que guiada de manera correcta puede realizar auténticas maravillas, pues ha impulsado a la humanidad al desarrollo que podemos observar actualmente. Y sin ciencia, no hay futuro. Bastante crudo lo tiene un país cuando no apuesta por esta vía. Pero la ciencia no significa únicamente investigación, descubrimientos y mejoras para la sociedad. Absolutamente no, engloba mucho más. Ayuda a pensar de manera racional, a tomar decisiones basadas en la práctica, a tener cierto control de nuestras acciones y actuar de acuerdo con nuestros valores. Todo ello permite la coherencia y evita las tremendas contradicciones que vivimos a diario.

Una sociedad que piensa de manera racional lo tiene todo, es capaz de superar todos los límites. El desarrollo de esta sociedad no tendría fin, y no solo en el ámbito científico, sino en muchos más como ya he comentado, no os quepa la menor duda. Pero en España, esto no se hereda, pues simplemente no existe. Sí que se hereda, sin embargo, la pasión excesiva por el fútbol, eso sí.

Solo hay una única vía de escape para huir de esta "burbuja": uno tiene que cuestionarse lo aprendido, lo transmitido de generación en generación, de realizarse la famosa pregunta: ¿por qué? Esas dos palabras que han cambiado el mundo. Si no nos cuestionamos lo que vemos, esa pregunta no tiene cabida entonces en nuestro pensamiento.

Siempre me gusta comparar esta situación desde el punto de vista de los grandes científicos como Einstein, Newton, Galileo, Darwin, Pasteur, Maxwell... ¿Cómo consiguieron llegar a sus extraordinarios descubrimientos, descubrimientos que los catapultaron a la cima de los más grandes de la historia? Simplemente cuestionándose lo aprendido y no actuando como un borrego que imita acciones que a veces son verdaderamente absurdas, pero que están tan asumidas por la sociedad que se ven como normales. 

Solo cuando la gente cambie verdaderamente el chip, cambiarán los políticos que nos gobiernen y todo irá a mejor. La sociedad no es consciente del gran poder que posee, y solo cuando lo sea el cambio será inevitable e inminente. Las continuas agresiones al conocimiento son solo simplemente un reflejo de la sociedad, una sociedad que continuamente ignora y desprecia. Exigimos y volvemos a exigir a los políticos que gobiernen de manera correcta, que nos saquen de ésta de una vez por todas. ¿Pero acaso nos hemos cambiado a nosotros? ¿Tú eres capaz de exigir cuando en tu vida cotidiana imitas algunas de sus conductas? Cuando se le otorgue la importancia merecida a estas cuestiones y dejemos aparte fanatismos absurdos como los que se viven con el fútbol, este país habrá dado un paso de gigante. Mientras tanto, solo nos queda resignarnos ante esta situación denigrante.

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