martes, 7 de mayo de 2013

¿Va a extinguirse pronto la raza humana?


Si te digo que podríamos deducir mediante matemáticas cuánto tiempo aproximado le queda a la raza humana, ¿me creerías? Pues increíblemente existe un argumento muy sofisticado que, mediante el uso de las matemáticas, permite calcular con toda probabilidad cuánto le queda a la raza humana. Este asombroso argumento se denomina Argumento del Día del Juicio Final (ADJF), y para entender el razonamiento de este argumento empecemos con un simple problema para poder comprender el resto.

El símil de la carrera


Imagina una carrera en la que te dan un dorsal y te hacen decidir sobre qué es más probable: que el número total de corredores sea mayor o igual que 10 veces tu número del dorsal o que sea menor que 10 veces tu número. Por ejemplo: si tienes el dorsal 27, ¿habrá 270 o más corredores en la carrera o menos? Si lo piensas detenidamente es más probable que el número total de corredores sea menor que 10 veces tu número de dorsal ya que en el 90% de los casos sería de esta manera.

Para que se vea más fácil, imagina que hay 100 participantes (redondeo a 100 para que cada corredor coincida exactamente con un 1% de la muestra) y a cada uno de los participantes les exigen que decidan si el número total de corredores es inferior a 10 veces el número de su dorsal o no, y cada uno decide que el número de corredores es inferior a 10 veces su número del dorsal.

¿Qué es lo que pasaría? Los dorsales número 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 10 fallarían siendo un total de un 10% de la muestra; no obstante, a partir del dorsal número 11 todos acertarían siendo el 90% restante de la muestra, de ahí que sea más probable decir que lo más seguro es que el número de corredores sea menor que 10 veces el número de tu dorsal: seguramente estarás en el 90% de la muestra en vez del 10% restante de los casos en los que esa afirmación no es cierta.

Espero haberme explicado bien, aunque de todas maneras esto necesita un poquito de reflexión para poder digerirlo correctamente para continuar con el ADJF. Te advierto que si no has entendido del todo este ejemplo no continúes con esta entrada porque no vas a comprender bien las bases del argumento.

Los dorsales trasladados a los humanos


Una vez reflexionado y entendido el ejemplo de la carrera, ahora imagínate que cada humano tuviéramos un dorsal: el primer ser humano de la historia tendría el número 1 y los siguientes números se asignarían consecutivamente, así que el número del último ser humano equivaldría al total de seres humanos que hayan existido durante ese periodo.

Ahora te hacen la siguiente pregunta: ¿cuál es la probabilidad de que el número total de humanos (teniendo en cuenta los que quedan por nacer) sea menor que 10 veces el número de tu dorsal? Igual que en el ejemplo anterior, la probabilidad es de un 90% de que el número total de humanos sea menor que 10 veces tu número.

Voy a realizar una burda simplificación para que quede más claro: imagina que el número total de humanos, desde el principio de la historia hasta el final de la especie, es 100 (obviamente es falso, pero aprovecho el redondeo al igual que en el ejemplo de la carrera). Si cada humano decide que el número total de humanos es menor que 10 veces el número de su dorsal, pasaría lo mismo que en el caso de la carrera: los humanos número 1-10 fallarían (10%) y acertarían los humanos 11-100 (90%). Por tanto, hay un 90% de posibilidades de que no va a haber más humanos que 10 veces el número de nuestro dorsal.

Visto esto, ahora llega la noticia deprimente. Teniendo en cuenta el rápido crecimiento actual de la población, lo más seguro es que no nos quede mucho tiempo. Volvamos al ejemplo: si durante toda la historia de la especie, que se extiende a lo largo de cientos de miles de años, habrá un total de 100 humanos y nada más nacer te asignan el dorsal 30, y conociendo que la población crece a día de hoy a un ritmo de un humano por año, ¿cuando nacería el último humano? El último humano nacería 70 años después que tú; o sea, dentro de nada.

Se puede razonar desde otra perspectiva para verlo de manera más sencilla: es más probable que no vayan a existir muchos más humanos después que tú ya que de lo contrario significaría que nos encontraríamos al principio de la muestra (del total de todos los humanos que existirán), lo que resultaría muy poco probable. Imagina una recta horizontal donde en el extremo izquierdo estaría el primer humano y en el extremo derecho el último ser humano. Es muy difícil que nos encontremos cerca del extremo izquierdo de la recta ya que la superficie que supone es mucho menor que el resto de la recta.

Para entender el ADJF siempre hay que tener en cuenta el gran crecimiento de la población mundial en los últimos años que se ha disparado enormemente. Como la población crece a un ritmo muy acelerado, nos estamos acercando muy rápido al extremo derecho de la recta, es decir, a la extinción de la raza humana.

Conclusiones


Con este razonamiento y los cálculos adecuados manejando los verdaderos datos, se ha llegado a la siguiente conclusión: la raza humana se extinguirá de aquí a unos pocos miles de años con un 90% de seguridad. En definitiva, lo más probable es que nos extinguiremos dentro de muy poco tiempo. Bastante revelador, ¿verdad? De hecho, las estimaciones más pesimistas calculan que ocurrirá dentro de unos pocos cientos de años, y las más optimistas dentro de unos 9000 años. 9000 años no es nada comparado con los miles de millones de años que lleva existiendo el planeta Tierra.

Por otra parte, también hay que comentar que puede que las bases del ADJF no sean las correctas puesto que podría partir de premisas falsas siendo, por tanto, erróneas sus conclusiones. Como ejemplos citaré dos:

  1. Puede que en un futuro la raza humana deje de existir porque nos podamos convertir en algo diferente mediante ciberización, por lo que nos encontraríamos en el final de la primera etapa de nuestra evolución. No existirían más dorsales humanos debido a que en el futuro puede que no seamos seres humanos.
  2. También puede que en un momento dado ya no nazca ningún humano más si alcanzamos la inmortalidad, persistiendo la especie mucho más allá de lo estimado.

Cabe destacar que en principio no hay manera alguna de desmantelar estos ejemplos ya que es muy difícil saber lo que nos pueda deparar el futuro si hay suficiente tiempo para que podamos desarrollar nuevas y extraordinarias tecnologías. También puede que nos situemos en ese pequeño porcentaje de la muestra donde nos encontraríamos en el principio de la raza humana; es decir, en este caso seríamos los "primeros" seres humanos de muchísimos más que todavía quedarían por llegar; no obstante, como ya he comentado anteriormente, esto sería lo menos probable pero no por ello imposible.

Resumiendo, y teniendo en cuenta que las excepciones del párrafo anterior no se cumplan (a partir de aquí cada uno ya puede sacar sus propias conclusiones), las matemáticas del ADJF no nos auguran buenas noticias ya que predicen que con mucha probabilidad la raza humana se extinguirá de aquí a unos pocos miles de años.

Tampoco es nada extraño si observamos las barbaridades que el ser humano está realizando, como la fabricación de armas nucleares con capacidad de destruir el planeta en menos que canta un gallo o la tremenda explotación fruto del consumismo que está sufriendo el planeta Tierra cuyos signos de agotamiento están empezando a aparecer.

En nuestras manos está si queremos evitar un desastre que parece que no tiene remedio alguno si continuamos a este ritmo. Desde luego, la estupidez del ser humano es extremadamente asombrosa cuando uno reflexiona sobre estos temas. Ya lo decía un genio en su tiempo:

Sólo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y del universo no estoy seguro. (Albert Einstein)

O cambiamos nuestra mentalidad y dejamos de guiarnos ciegamente por el egoísmo, o habremos desaprovechado una oportunidad única que nos ha brindado la naturaleza. Ya no hay cabida para el egoísmo, somos mucho más que eso puesto que el egoísmo es puro acto animal. Queda, pues, actuar en consecuencia para que los hijos de nuestros hijos no sufran nuestros excesos en un futuro que tal vez esté más cerca de lo que imaginamos.


Fuente: El Tamiz

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