lunes, 22 de abril de 2013

¿Conocemos realmente lo afortunados que somos?

"Solo tenemos una vida para poder disfrutar de este maravilloso universo, y es por eso que me siento enormemente agradecido". Stephen Hawking
Cuando uno empieza a analizar cada uno de los factores que fueron posibles para que pudiéramos surgir nosotros, unos seres con una mente prodigiosa capaz de ver hasta el mismísimo nacimiento del Universo literalmente hablando, le proporciona a uno una lección de humildad inolvidable que más de uno debería aprender. Ahora, con nuestros telescopios apuntando hacia otras estrellas buscando vida extraterrestre inteligente... ¿sabemos realmente lo difícil que ha sido todo este proceso que ha culminado en nosotros? Creo que esta entrada merece una profunda reflexión para ser conscientes de lo afortunados que somos y lo poco que lo valoramos.

En primer lugar, nuestro planeta, como todos sabemos, contiene agua en estado líquido, lo cual es fundamental para que pueda surgir la vida tal y como la conocemos hoy en día. Pero no solo esto es importante para la existencia de la vida, sino otros muchos factores como son:

- La presencia de Júpiter. Es tan simple que sin este planeta no existiríamos. ¿Por qué? Porque un planeta del tamaño de Júpiter es necesario para desviar y lanzar al espacio los cometas y meteoritos pasajeros; así se limpia continuamente un sistema solar y puede florecer la vida. Si Júpiter no existiera en nuestro sistema solar, la Tierra estaría bombardeada con meteoritos y cometas, lo que haría imposible la vida.

- La presencia de nuestra gran Luna. La Luna ayuda a estabilizar el giro de la Tierra sin la cual nuestro eje de giro se hubiera hecho inestable y la Tierra se tambalearía, lo que haría la vida imposible puesto que precipitaría condiciones climáticas extremas incompatibles con la vida.

- Sucesivos periodos de extinción de la vida sin que desapareciera completamente. Hace unos 2 000 millones de años la Tierra estaba prácticamente cubierta de hielo; era una Tierra <<bola de nieve>> que difícilmente podía albergar vida. En otras épocas, erupciones volcánicas e impactos de meteoritos podrían haber estado a punto de destruir toda la vida en la Tierra. De modo que la creación y la evolución de la vida es más frágil de lo que se pensaba en un principio.

- La parcial extinción de la vida inteligente. Hace unos 100 000 años tal vez había solo unos pocos cientos de miles de humanos, según las últimas pruebas de ADN. A diferencia de la mayoría de los animales dentro de una especie dada, que están separados por grandes distancias genéticas, los humanos son todos prácticamente iguales desde el punto de vista genético. Comparados con el reino animal, somos clones unos de otros. Este fenómeno solo puede explicarse si hubo <<cuellos de botella>> en nuestra historia en los que la mayor parte de la especie humana estaba casi extinguida. Por ejemplo, una gran erupción volcánica podría haber causado que el clima se enfriase repentinamente hasta casi acabar con la especie humana.

- Un campo magnético intenso. Esto es necesario para desviar los rayos cósmicos y la radiación que podrían destruir la vida en la Tierra.

- Una moderada velocidad de rotación planetaria. Si la Tierra rotara con demasiada lentitud, la cara que se enfrenta al Sol estaría ardiente, mientras que la otra cara estaría gélida durante largos períodos de tiempo; si la Tierra rotara con demasiada rapidez, habría condiciones climáticas extremadamente violentas, como vientos y tormentas monstruosas.

- Una localización que esté a la distancia correcta del centro de la galaxia. Si la Tierra estuviera demasiado cerca del centro de la galaxia Vía Láctea, recibiría una radiación peligrosa; si estuviera demasiado lejos del centro, nuestro planeta no tendría suficientes elementos pesados para crear moléculas de ADN y proteínas.

Todos estos factores no son todos ni mucho menos, hay muchos más pero explicarlos uno a uno harían esta entrada interminable. Como últimos ejemplos citaré la importancia de la extinción de los dinosaurios sin la cual los mamíferos nunca se hubieran desarrollado, o que nuestro universo dentro del multiverso tiene los valores ideales para crear vida.

Cabe destacar también que hemos llegado a esta posición eminente en un periodo de tiempo de una brevedad asombrosa. Los humanos conductualmente modernos llevamos por aquí sólo un 0,0001% más o menos de la historia de la Tierra..., casi nada. Pero incluso existir durante ese breve espacio de tiempo ha exigido una cadena casi interminable de buena suerte. Estamos en realidad en el principio de todo. El truco consiste, sin duda, en asegurarse de que nunca encontremos el final. Y es casi seguro que eso exigirá muchísimo más que golpes de suerte.





Fuentes: "Una breve historia de casi todo" de Bryson Bill, "Física de lo imposible" de Michio Kaku

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